Anoche debutó el San Lorenzo de Pedro Troglio en este campeonato que comienza, a priori, con un fixture incómodo.
En el verano se había visto algo interesante que hacía tiempo no se veía: primeros pasos bien dados. Pocos, pero correctos. Un buen diagnóstico. Hacer foco en la solidez defensiva e intentar volver más agresivo un equipo que viene de las peores actuaciones que se le recuerde al Ciclón.
Anoche vimos algo de eso mayormente en el segundo tiempo, pero en líneas generales hay poco de lo que agarrarse más allá de rendimientos sueltos (veo buena solidez en la saga central).
El partido desnudó que parte del diagnóstico de Troglio fue correcto: faltaba un 5 de juego. Su respuesta a eso fue poner a Ortigoza donde más diferencia pueda hacer e intentar probar alternativas, en la cual se definió por Nico Fernández Mercau como 5 de juego. Eso trae una conclusión lógica, un chico de sobradas condiciones pero sin oficio, mucho de lo que se vio en el primer tiempo donde rifó mucho, entregó mal y se apuró cuando el equipo necesitaba uno o dos pases para ordenarse ante un Banfield hiper veloz. Eso, sumado a que Uvita Fernández no sólo no gravitó, casi no tocó la pelota y por ende no ayudó a la función del medio ni de las bandas (Centurión juega muy bien, pero necesita recibir en tres cuartos).
Tengo mucha fe en Malcom Braida y en que Nicolás Fernández Mercau, una vez afianzado en el medio, sea una linda alternativa, pero creo que la mayor virtud que deberá seguir buscando Pedro es un equipo prolijo y difícil de enfrentar. Si logra eso, será un salto enorme en referencia a lo que venimos viendo, aunque lamentablemente parezca poco.
Creo que el diagnóstico y la búsqueda es, en este escenario que nos toca vivir, la correcta. Paciencia.
* Sobre el autor: Nacho Destuniano es socio de San Lorenzo nro. 9819 y trabaja como Gerente de Recursos Humanos.
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