La partida de Augusto Batalla al Granada de España ha desencadenado movimientos significativos en el mercado de San Lorenzo. El club ha decidido acelerar la adquisición del que hasta ahora ocupaba la posición de segundo arquero, Facundo Altamirano, quien asumirá la gran responsabilidad de ser el guardián del arco azulgrana.
Desde la directiva de San Lorenzo, se optó por separar la negociación con Altamirano pese a los problemas previos con su representante, que es el mismo de Yeison Gordillo que inhibió al club ante la FIFA, priorizando la consolidación del nuevo guardameta para la próxima temporada. La decisión implica una compra directa del 100% del pase de Altamirano a Banfield, por una suma de U$S 1.2 millones.
El acuerdo entre San Lorenzo y Banfield se sella con un contrato de tres años para Altamirano, asegurando así la estabilidad en el arco del equipo. Esta jugada estratégica busca mantener la cohesión en el plantel, evitando mayores complicaciones en el proceso de transición tras la salida de Batalla, quien decidió irse, a pesar de tener una oferta superior a la que le ofreció el Granada.
Altamirano, con su nueva responsabilidad como arquero titular, se convierte en una pieza clave en los planes de San Lorenzo, que busca mantener su competitividad en la próxima temporada y asegurar un rendimiento sólido bajo los tres palos.