En los tiempos que corren hay que estar atentos a todos. No solo te puede perjudicar un árbitro principal o un juez de línea, también te pueden despojar a través del VAR, sistema que está lejos de funcionar como corresponde el fútbol argentino y que desde su implementación, hace menos de un año atrás, ya sumó varios fallos bochornosos.
Sin ir más lejos, el Ciclón fue brutalmente perjudicado contra Barracas Central, el equipo de Chiqui Tapia, el presidente de AFA. En la derrota de la fecha 6, a San Lorenzo no le cobraron un penal alevoso contra Adam Bareiro, con el partido 0-1, que además hubiese valido la expulsión del defensor rival. Para completarla, Yael Falcón Pérez, encargado del VAR, trazó una líneas insólitas para no convalidar el empate de Jeremías James sobre el cierre del juego.
Por eso no está de más prestar atención a lo que hoy haga no solamente el juez principal, Patricio Loustau, sino también a la actuación de quien estará a cargo del VAR, Diego Abal, acaso el árbitro con un desempeño más bochornoso en la historia del Nuevo Gasómetro. Hace poco más de 10 años, tuvo un fallo inédito al convalidar un gol en offside de Colón, tras el cobro del línea y de él mismo, que terminó en un escándalo y que pudo costar la categoría.
Aquella vez a Abal lo pararon por dos fechas por desconocimiento del reglamento por el rebote y la posterior habilitación, pero siguió haciendo de las suyas contra el Ciclón.
Años más tarde, sancionó un supuesto penal de Mauro Cetto contra Pavone en una agónica eliminación contra Racing por cuartos de final de Copa Argentina. Ese día para muchos fue un grosero pase de facturas desde la AFA por la lucha de Marcelo Tinelli por presidir la casa madre del fútbol argentino. Esperemos no sufrirlo esta tarde...