San Lorenzo de Almagro, pese a haber arrancado el semestre jugando triple competencia -aunque ya quedó afuera de la Copa Sudamericana-, solo se reforzó con tres jugadores, firmando uno de los mercados de pases más tristes de los últimos tiempos.
Pese al pedido de Rubén Darío Insua de que necesitaba seis caras nuevas para reforzar el plantel y a su insistente reclamo por un marcador central, desde el club hicieron oídos sordos y volvieron a fallarle.
Si alguno pregunta qué es el vaciamiento, la respuesta es clara: esto es vaciar a un club. Disponer de menos de 200 mil dólares para afrontar un mercado de pases decisivo para las aspiraciones del plantel.
El Ciclón gastó 130 mil en Carlos Auzqui, trajo sin cargo al uruguayo Gastón Ramírez y hay distintas versiones sobre Federico Girotti. Algunos sostienen que se pagaron 50 mil por el préstamo y otra versión indica que vino sin poner dinero a cambio. Como sea, un auténtico papelón.