Dos tiempos diametralmente opuestos jugó hoy San Lorenzo en el Pedro Bidegain ante Estudiantes de La Plata. En el primero de ellos se vio exactamente lo mismo que se viene viendo a lo largo de toda la Copa de La Liga. Un equipo amarrete, conservador y sin una idea que le pudiera aportar juego al ataque para aproximarse al arco rival. En ese contexto Estudiantes convierte el primer gol a través de Javier Correa, y San Lorenzo debe salir a buscar el empate aunque sin tener muy claro como hacerlo.
En ese pirmer tiempo Toto Medina fue uno de los pocos que manejó bien la pelota y logró una buena circulación, aunque eso no fue suficiente para lograr llegadas en profundidad.
Un tiro libre desde la punta izquierda del Perrito Barrios, muy bien resuelto por el arquero rival, fue la única jugada de peligro en el arco visitante.
Pero para el segundo tiempo las cosas cambiaron en primer lugar desde el punto de vista de la actitud, tanto del planteo como de los propios jugadores, que salieron a quemar las naves.
Primero el ingreso del Tanque colombiano Diego Herazo, que llegó ayer y ya se sumó al equipo, en reemplazo de Medina, y luego el ingreso de Tarragona por Perruzi, dejaron al equipo parado con un triple nueve inédito, que esperaba buenos centros para poder concretar una ocasión.
Y ese centro llegó a la cabeza de Adam Bareiro que al igual que contra Belgrano, definió de manera notable para poner el 1 a 1. A partir de allí San Lorenzo quiso más, y hubo ocasiones en las que estuvo cerca de lograr el triunfo pero Estudiantes supo conservar la igualdad y el partido teminó igualado en uno.
Romaña, cada vez más afianzado, Irala, que jugó de doble cinco, de único cinco y al final salió golpeado cuando estaba jugando de lateral derecho, y Braida, fueron las figuras relevantes de un equipo que al menos buscó con más intensidad en el segundo tiempo.
Será cuestión de seguir buscando la vuelta, con el regreso de Ferreira, con Leguizamón y Luján que también se sumarán al plantel y encontrar el equilibrio, pero el segundo tiempo deja un poco de esperanzas y demuestra que saliendo a buscar el partido se pueden lograr mejores posibilidades y resultados. Falta mucho, pero es una luz.